En el siglo XXI aún existen culturas, sociedades y religiones que aún exigen la virginidad de la mujer que desea casarse. La cirugía permite la reconstrucción de la membrana, llamada virgo, que cierra la entrada del canal vaginal. Esta técnica, lejos de ser novedosa, se viene realizando desde hace siglos y ha quedado reflejada incluso en nuestra literatura: la Celestina, además de alcahueta, era zurcidora de virginidades.
En el CICG no se practica habitualmente la himenoplastia por razones morales, ya que entendemos que esta intervención ayuda a mantener unas actitudes que coartan la libertad sexual de la mujer. Por lo que sólo atendemos casos especiales que se estudia de forma personalizada y entendieno la situación de la mujer en su conjunto.